El Monillo y La Monilla

Un monillo iba paseando.
Una monilla que iba detrás de él lo vio.
A la monilla le gustó el monillo.
El monillo apenas se percató de la presencia de la monilla.
La monilla seguía detrás de él.
El monillo miró de reojillo y se hizo el sueco.
Pero solo un tiempo.
Al monillo también le empezó a gustar la monilla.
De repente el monillo frenó en seco y la monilla,
que venía muy muy cerca, se tropezó con el.
Y el flechazo-topetazo fue tremendo.
Se miraron fijamente a los ojos y se enamoraron.
El monillo le dijo: “Te quiés venir a pasar el día en el campo?”.
La monilla le dijo: “Poj claro”, yo llevo la comida”.
Y se fueron el monillo y la monilla a pasar el día en el campo.

Juntos.

Y no volvieron a separarse jamás.

El monillo y la monilla.

Fin.

Este “minicuento-tontá“ está basado en una historia real.
(Como te lo cuento)